¿Porqué hablamos del picudo rojo? Porque ha venido a quedarse y como no se puede imaginar una Sevilla o cualquier paisaje de España sin palmeras, hay que tenerlo en cuenta.
El picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus ) es originario de Asia tropical. Aunque el género Rhynchophorus se encuentra en muchas zonas tropicales, como por ejemplo el Rhynchophorus palmarum (gorgojo cigarrón) en América, donde también afecta a un tipo de palmera. Allí sus larvas han sido utilizadas como alimento, ya que constituyen una fuente de proteína.
La llegada del picudo rojo a España
Según un informe de la Junta de Andalucía llega a España por primera vez en 1995, concretamente a Andalucía, a la costa de Granada. Seguramente por la importación de palmeras infectadas. Hoy en día se encuentra en toda la cuenca mediterránea, Francia, Italia y también norte de África.
Actualmente se encuentra prácticamente en todo el territorio donde hay palmeras, sobre todo del género Phoenix, como la palmera canaria o la datilera, aunque aisladamente se han descrito infestaciones en otro tipo de palmeras.
Palmeras sanas-Palmeras enfermas
Una palmera sana tiene este aspecto:
Se observa un follaje denso, y las hojas aparecen sin daños por mordedura de las larvas.
En cambio una palmera infectada tiene este aspecto:
Las hojas se han ido secando, ya que las larvas se comen la base de las mismas y al final la palmera se muere cuando los daños llegan al corazón.
El problema con el picudo rojo es que no tiene enemigos aquí y es considerado una especie invasiva.
La vida del picudo rojo
Los adultos tienen un tamaño entre 2 y 5 cm, lo que es bastante grande, de color rojo intenso, de alli “ferrugineus”. Son diurnos y pueden volar largas distancias, pero en sitios de una densidad de palmeras altas es bastante sedentario.
La hembra puede poner de 200 a 400 huevos, muchas veces aprovechando una herida en la palmera, por ejemplo por la poda.
Se va desarrollando una larva blanquecina, que se va oscureciendo con el tiempo. Esta larva es la causante de los daños en las palmeras, dado que sus potentes mandíbulas le permiten alimentarse de la palmera.
Una vez finalizada la fase de larva, con la fibra de la palmera elabora un capullo, donde tiene lugar la metamorfosis.
Desde que eclosiona el huevo hasta la muerte del adulto, dependiendo de las condiciones meteorologicos, pasan de 130 a 200 días, lo que significa que aquí en el sur pueden completar varios ciclos en un año. Esto unido a la falta de depredadores naturales y el difícil acceso plantean un problema serio a la hora de controlar esta plaga.
La lucha contra el picudo rojo
Existen varios métodos de control de la plaga, desde pulverizaciones en la corona de la palmera con productos fitosanitarios o nemátodos ( aunque hoy en día el picudo rojo tambien entra por el tronco o la base).
También existen recomendaciones como no podar las palmeras en tiempos de mayor actividad del picudo, sino realizarlas en los meses más fríos de Diciembre a Febrero. La última medida sería eliminar una palmera infectada con la obligación de deshacerse de los restos a través de vertederos controlados, ya que incluso en los restos de una palmera muerta siguen reproduciéndose.
También hay otras líneas de luchar contra el picudo, poniendo el enfoque en la detección precoz, antes incluso de que haya signos externos. Esto se hace mediante perros adiestrados en detectar el olor específico de una palmera infectada, labor que se ha hecho más fácil desde que el picudo rojo infesta desde el tronco o la base de la palmera.
Los tratamientos en nuestra región se llevan a cabo durante toda la vida de la palmera lo que económicamente es una carga tanto para propietarios privados como organismos oficiales. Las palmeras del jardín del Alcázar de Sevilla se están tratando, lo que ha ayudado a conservar la gran mayoría.
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