El 19 de Septiembre de 1896 se promulgó en España una ley de protección de ciertas variedades de aves que se consideraban beneficiosas tanto para la salud de las personas como para las cosechas del campo por ser declaradas insectívoras.
Para su difusión, el equivalente al actual B.O.E. en aquellos años era la Gaceta de Madrid, que en su publicación de su Año CCXXXV, Número 270, del Sábado 26 Septiembre 1896, Tomo III, Página 1123, especificaba literalmente en párrafos de los Artículos 1º y 2º:
…«Las aves de rapiña nocturnas, los tordos de torre y los demás pájaros de menor tamaño, se declararán insectívoros, y no podrán cazarse en tiempo alguno, de conformidad con lo dispuesto en el párrafo tercero del art. 17 de la Ley de Caza de 10 de Enero de 1879.
Art. 2.° En las puertas de los Ayuntamientos se pondrá un cuadro en que se lea:
«Los hombres de buen corazón deben proteger la vida de los pájaros y favorecer su propagación.
Protegiéndolos, los labradores observarán cómo disminuyen en sus tierras las malas hierbas y los insectos.
La ley prohíbe la caza de pájaros y señala pena para los infractores.»
En las puertas de las Escuelas se pondrá un cuadro en que se lea:
«Niños, no privéis de la libertad a los pájaros; no los martiricéis y no les destruyáis sus nidos.
Dios premia a los niños que protegen a los pájaros, y la ley prohíbe que se les cace, se destruyan sus nidos y se les quiten las crías.»
Pues bien, estos dos modelos de texto diferentes, uno enfocado a los adultos y otro a los niños, se plasmaron en Sevilla en una serie de paneles cerámicos que aún podemos localizar paseando por la ciudad, y que fueron realizados en las técnicas de azulejo plano pintado bícromo en azul y blanco (los dirigidos a niños, con quince piezas y unas medidas aproximadas de 75 cm. x 45 cm.) y mixta de cuerda seca y azulejo plano pintado multicolor (los dirigidos a adultos, de ocho piezas).
Aunque la colocación de los paneles se retrasaría (todo un clásico en la ciudad) hasta los años 20, y fueron realizados en una fábrica posiblemente trianera pero hasta el momento no identificada, sí se conoce que fue el doctor don Antonio Ariza Camacho quien impulsó el proyecto, llegando incluso a donar algunos de ellos (como el del Colegio Borbolla).
Según los periodistas Nicolás Salas y Leonor de Bock, el doctor Ariza fue puericultor, pionero del ecologismo, amante de los animales, andalucista, seguidor de corrientes de pensamiento económico muy comprometido (tales como el Georgismo y la Fisiocracia), y, amigo personal de don Blas Infante, de quien fue su padrino de boda en 1919. Desgraciadamente, ambos serían fusilados en las primeras semanas del alzamiento franquista.
Aunque Blas Infante nació en 1885 y la Ley protectora se promulgó en 1896 (cuando él tenía sólo once años), los investigadores piensan que el texto recogido en ella, y plasmado después en los paneles cerámicos sevillanos está inspirado en la llamada «Plegaria del Pájaro», escrita por él en algún momento no concretado de su corta vida, y en la que un pájaro dirige un mensaje enternecedor, muy instructivo y expresado en primera persona, a cualquier niño que piense actuar cruelmente con las aves. Este es su hermosísimo contenido:
“Niño:
Tú, que algunas veces me martirizas, mírame bien.
Yo soy el protector más importante de la agricultura.
Yo enseñé a los hombres el arte de la cestería, mostrándoles mi nido.
Te he sugerido la idea de volar como yo, y has construido dirigibles y aeroplanos.
La inmensa variedad de mis nidos te ha sugerido multitud de ideas.
No me hagas morir para lucirme vanidosamente en tu sombrero.
Yo destruyo por millares los insectos que constituyen las plagas de las legumbres, los cereales y las frutas que son tus mejores alimentos.
No me hagas víctima inocente de tu deporte de caza.
Yo distraigo con mi dulce y armonioso canto tus horas de fastidio.
No destruyas mi nido, que es el santo hogar de mis pequeños hijos.
Si eres bueno, como creo, no me tengas preso entre alambres, no me hagas mal y andaré más cerca de ti”.
El líder andalucista, también redactó “Los Mandamientos de Dios a favor de los animales” en1924, al parecer inspirándose en el libro Sama-Veda (poemas y escritos sagrados en sánscrito para rituales hindúes, en torno a 1500 A.C.) que formaba parte de su Biblioteca. Como anécdota, según sus descendientes, Blas Infante visitaba a menudo el desaparecido mercadillo de mascotas de la Alfalfa, compraba jaulas enteras de pájaros y después los liberaba.
Volviendo a los paneles cerámicos, estos se colocaron en muchos colegios de Sevilla y aún se conservan, por ejemplo, en el Colegio Borbolla de calle Luis Montoto, 101; en el Colegio San Isidoro de calle Mesón del Moro, 3; en el Colegio José Mª del Campo de calle Pagés del Corro, 115, en los llamados Altos Colegios de la Macarena de calle Feria 167, o en el Colegio Carmen Benítez de la Plaza de Carmen Benítez, 2.
La ley estuvo en vigor hasta su derogación publicada en el B.O.E. número 281 del Viernes 24 de Noviembre de 1995, según se recogió en la LEY ORGANICA 10/1995, de 23 de Noviembre, del Código Penal, y siendo presidente del Gobierno un sevillano, Felipe González. Desde entonces y con excesiva laxitud se han ido dando algunos pasos en la legislación protectora de animales.
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