Si hay una planta que regala color a las calles de Sevilla prácticamente todo el año, esa es la Bouganvilla.
Cuando nos paseamos por Sevilla, es difícil no encontrarse antes o después con una o varias Bouganvillas, sean como trepadora, seto o en forma de árbol.
Louis Antoine de Bougainville
El nombre le viene por el navegante francés y explorador Louis Antoine de Bougainville, que fue el primero en traer esta planta desde Brasil a Europa en el siglo 18. Como curiosidad, también dio su nombre a la isla más grande del archipiélago de las islas Salomón.
En España comúnmente se ha simplificado un poco el nombre, siendo el más frecuente Bouganvilla.
Existen varias especies de Bouganvillas, híbridos y cultivares (variedades). Las especies más cultivadas son la Bouganvilla spectabilis y la gabra.
Es originaria de América del Sur, donde en algunos países hay especies endémicas, aunque cada vez se encuentren más variedades, que se distinguen por su color, crecimiento, tamaño o frondosidad.
La Bouganvilla es una planta trepadora, aunque no tiene zarcillos para agarrarse a una estructura, sin embargo se apoya en ella, pudiendo alcanzar entre los 10 y 12 metros. Sólo crece en climas donde en invierno la temperatura no desciende de los 0ºC, ya que no soporta las heladas. Y solo desarrolla todo su colorido en regiones cálidas con mucho sol.
Para Sevilla es una planta perfecta, dada su gran resistencia a las altas temperaturas y su moderada necesidad de riego. En estas condiciones sus hojas son perenes. Quizás el único inconveniente de esta planta son sus armas, las ramas desarrollan unas púas bastante grandes, que con la edad se endurecen y son peligrosas a la hora de podar.
Hay un dicho: «la Bouganvilla, cuando más sufrida, más florida». Y parece cierto, porque incluso en jardines abandonados se ven ejemplares espectaculares.
La reproducción
Se multiplica por esquejes, aunque es una planta muy habitual en viveros, donde se presentan en una gran variedad de colores.
Quizás lo más curioso es que lo que parecen las flores, son en realidad hojas transformadas, llamadas brácteas, que envuelven las flores verdaderas, que son blancas y pequeñas.
Hay muchos nombres para esta planta, donde uno llama especialmente la atención, «Flor de papel». Si se toca algunas de las coloridas brácteas se entiende el por qué, dado que tienen un tacto casi como un papel muy fino. De hecho, al secarlos entre las páginas de un libro, no pierden el color y son muy apreciados en diferentes tipos de artesanía, utilizándose para hacer cuadros de flores secas o fabricación de papel decorativo.
¿Dónde puedo encontrar la Bouganvilla en Sevilla?
Para empezar, es casi omnipresente.
Cabe en los sitios menos esperados.
En frente de la antigua Fábrica de Tabacos, hoy Rectorado de la Universidad de Sevilla, donde están plantadas dentro de unas estructuras metálicas, que sirven de guía y les da una forma de árbol.
La casa de Pilatos tiene una de las más antiguas y espectaculares.
Los Reales Alcázares de Sevilla cuentan con varios ejemplares, algunos bien podrían haber salido de un cuadro impresionista.
Por supuesto en cada uno de nuestros grandes parques hay cómo mínimo un ejemplar, en el Parque de Maria Luisa o en la rivera del Guadalquivir. En una palabra, aunque la Bouganvilla no sea una planta de esta zona, se ha hecho un hueco en nuestros jardines y corazones.
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