Una historia de espías-El hombre que nunca existió

Durante la II Guerra Mundial aconteció una maniobra estratégica y de espías que influyó decisivamente en el transcurso de la contienda.

Tuvo lugar en el sur de España, concretamente en Punta Umbría en la provincia de Huelva.

La importancia del Mediterráneo

Nos situamos en el año 1943. El Mediterráneo se convierte en un punto clave para poder iniciar por parte de los aliados la invasión del sur de Italia y avanzar hacia el centro de Europa.

Sicilia tenía un valor estratégico excepcional, bien lo sabían los ejércitos alemanes e italianos que habían instalados sus bases militares allí.

Conferencia de Casablanca

Durante la Conferencia de Casablanca en enero de 1943 Eisenhower y Churchill decidieron llevar a cabo la invasión de Sicilia en Julio del mismo año. Se llamó la Operación Husky.

Operación Mincemeat

Pero claro, había que hacer creer al ejercito alemán que la invasión del Mediterráneo no iba a tener lugar en Sicilia sino en otro punto. Así nació la Operación Mincemeat-Carne Picada o Picadillo.

La meta era convencer a los alemanes que la invasión iba a tener lugar en Grecia y Cerdeña para que retirasen gran parte de su ejercito de Sicilia y así poder conquistar la isla. Esta maniobra estratégico fue concebida por los oficiales Charles Cholmondeley y Ewen Montagu.

Y así se inventó un hombre que nunca existió, el Mayor William Martin.

El Plan

El plan era el siguiente:

El cadáver del Mayor William Martin llega a la costa de Punta Umbría en la madrugada del 30 de abril de 1943 y es encontrado por un pescador. Se encuentran sus credenciales que le identifican, documentos personales como cartas a su prometida Pam y sobre todo un maletín atado a su cintura. Dentro del maletín se encontraban documentos altamente clasificados sobre la invasión de Grecia y Cerdeña.

La primera autopsia por parte del forense español confirma la muerte por ahogamiento. En estos años existían muchos vuelos entre Inglaterra y el Norte de África con oficiales británicos como correos de enlace. Por esta razón era creíble que el caso del Mayor William Martín había sido de un derribo de su avión y posterior ahogamiento en el mar. Lo que los alemanes no sospechaban era que el cadáver había sido traído desde el Reino Unido en un submarino…

Las autoridades españolas se ponen en contacto con el espía alemán Adolf Clauss para informarle sobre el hallazgo y en poco tiempo llega una copia al mismísimo Adolf Hitler.

El Gobierno español informa al de Reino Unido que se ha encontrado un Mayor británico muerto en las costas andaluzas. Por supuesto, los británicos piden con urgencia la devolución del cadáver.

En la carta sobre la invasión de Grecia y Cerdeña se había introducido una pestaña y cuando vuelve toda la documentación con el cuerpo del Mayor a manos británicos, esta pestaña ya no estaba en la carta. Así se sabía que los alemanes habían leído la documentación sobre la falsa invasión. Y así fue.

90.000 soldados alemanes se retiran de Sicilia a Grecia y a principio de Junio los Aliados conquistan la isla.

¿Quién era William Martin?

¿Pero si el Mayor William Martin no existió, de quién era el cadáver que se encontró en Punta Umbría?

Hay diferentes teorías sobre esta cuestión. Ewen Montagu escribe en su libro que el cuerpo era de un galés llamado Glyndwr Michael. Un sin techo alcohólico que murió después de ingerir veneno de ratas.

Pero se ha cuestionado la verdad sobre su identidad, ya que no es muy probable que en las dos autopsias que se llevaron a cabo, primero por los españoles y después por los alemanes, no hubieron encontrado restos del veneno.

La otra hipótesis es que se trata de un marino llamado John Melville que murió en marzo de 1943 durante el hundimiento del portaaviones Dasher, donde murieron unos 400 hombres.

La razón porqué Montagu y Cholmondeley ocultaron la verdadera identidad del cadáver puede ser por haber robado el cuerpo de Melville sin el consentimiento de la familia.

Lo que sí es seguro que existe una tumba en el cementerio de La Soledad de Huelva donde se mencionan los nombres de Glyndwr Michael y William Martin.

1956 se estrena una película que narra esta historia con el nombre “El hombre que nunca existió” por si a alguien le apetece revivir este hecho histórico.

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