La historia de Sevilla siempre ha estado ligada a su río, así no es de extrañar que hubiera una Universidad de Mareantes, llamada también Universidad del Mar.
El puerto de Sevilla se convirtió en uno de los más importantes después del descubrimiento de América por Cristóbal Colon en 1492 ya que se otorgó a la ciudad el monopolio del comercio con el Nuevo Mundo.
Esto significó que los oficios relacionados con la navegación y el comercio de Ultra Mar adquirieran una gran importancia. Hubo tres instituciones que albergaron estas actividades. La Casa de Contratación, el Consulado de Comercio y la Universidad de Mareantes.
A mediados del siglo XVI medio centenar de pilotos, maestres y señores de navíos de la Carrera de Indias piden la aprobación real para fundar una cofradía religiosa y poco después para crear un colegio profesional, llamado Universidad de Mareantes.
Estas dos entidades tenían fines diferentes.
La cofradía religiosa bajo la advocación de Nuestra Señora del Buen Aire era una institución caritativa cuya finalidad consistía en ayudar al gremio de los marineros.
Una de las labores más importantes fue la creación de un hospital donde atender a la gente del mar más pobre. Tenemos que pensar que en está época sólo los más pobres iban a un hospital público en caso de enfermedad. La gente que tenía los medios económicos preferían ser tratados en casa o ,si no había solución, morir allí. Hoy en día nos desplazamos a los hospitales por la gran cantidad de equipamiento existente que nos ayuda a superar enfermedades pero entonces la medicina era bastante rudimentaria. Mejor se estaba en casa rodeado de la familia y sus cuidados. La creación de este hospital para gente pobre ligada al mar les evitaba tener que acudir a un hospital público.
Otro propósito de la cofradía era ayudar económicamente a las familias de los navegantes cómo huérfanos, viudas o marineros en su vejez. También intentaban reunir el dinero cuando algún navegante caía en manos de los corsarios y pagar el rescate.
El último fin pero no menos importante era proporcionar a los marineros un funeral digno. Se organizaban unas ceremonias públicas muy vistosas. La idea era dar al muerto un reconocimiento social después de una vida a menudo olvidado e ignorado.
La sede gremial y donde también se encontraba el hospital estaba situada en frente de la iglesia de Santa Ana en Triana. Hoy en día es un centro cívico.
En la segunda entidad, el colegio profesional, sólo se admitían pilotos, maestres y señores de Nao y sus propósitos eran más políticos. La gente de mar tenía en general una baja consideración social ya que todos tenían un pasado cómo trabajador manual y se pensó que con la creación de un fuero profesional se podrían conseguir ciertos privilegios y dignificar su profesión.
Pedían un tribunal especializado para resolver asuntos profesionales, que fueran los miembros de la Universidad de Mareantes los examinadores en las pruebas de piloto y no miembros de la Casa de Contratación… en general demandaban más participación en los asuntos relacionados con la Carrera de Indias.
Siete años después de la petición les llega la contestación real con muchos límites. La Monarquía no quería perder el control sobre cuestiones que tenían que ver con las flotas cargadas con dinero para la Real Hacienda.
Pero sí se consiguió tener una voz única para los intereses de los mareantes. Hubo representantes en la Corte de Madrid para defender sus intereses.
También se crearon planes de estudio para mejorar los conocimientos de los pilotos.
A principios del siglo XVII comienzan las gestiones para construir un Colegio-Seminario para enseñar a niños huérfanos y pobres la profesión de pilotos dada la escasez de estos profesionales. Este colegio es el Palacio de San Telmo.
Este edificio ha tenido muchos usos diferentes durante los siglos, pero eso lo contaremos en otra ocasión.
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