El Galeón de Manila, llamado también Galeón de Acapulco o Nao de la China fue una línea regular que durante 250 años conectó Filipinas con Sevilla, a través del Virreinato de la Nueva España ( Méjico) convirtiéndose en la primera línea comercial global de la Historia, uniendo tres continentes, Asia, América y Europa.
La Expedición de Magallanes en el origen del Galeón de Manila
Como ya sabemos, en 1519 la expedición de Magallanes sale del puerto de Sevilla para tratar de encontrar un paso entre el Atlántico y el Pacífico, por entonces llamado Mar del Sur. Durante este viaje alucinante descubren las Islas de San Lázaro, posteriormente rebautizadas como Islas Filipinas en honor de Felipe II.
A partir de la llegada a Sevilla en 1522 de Juan Sebastián Elcano y 17 marinos supervivientes de la expedición de Magallanes ,habiendo culminado la primera vuelta al mundo, el llamado “Tornaviaje”, es decir, el viaje de vuelta entre Filipinas y el continente americano se convierte en una obsesión.
Para respetar el Tratado de Tordesillas, los navíos españoles no podían navegar por la zona portuguesa así que para acceder al muy lucrativo comercio de las especias era fundamental abrir una nueva ruta entre las islas del Pacífico y el Nuevo Mundo.
Andrés de Urdaneta descubridor del «Tornaviaje»
En 1525 desde la Coruña parte la expedición de García Jofre de Loaysa en la que participan Juan Sebastián Elcano y un jovencísimo Andrés de Urdaneta. Será la primera de las muchas expediciones que intentarán el Tornaviaje.
Durante la travesía Andrés de Urdaneta, nacido en la localidad guipuzcoana de Villafranca , tendrá la oportunidad conocer en profundidad a Juan Sebastián Elcano, quien le enseña todo lo que sabe. Desgraciadamente Elcano fallecerá durante el viaje.
Andrés de Urdaneta, tras muchas vicisitudes, consigue llegar de vuelta a España en 1536. Había pasado 11 años en las Molucas.
De España partirá a Nueva España, donde participará en muy diversas expediciones y terminará ingresando en la orden de San Agustín.
Por orden de Felipe II, en 1564 parte de Nueva España junto con Legazpi hacia las Filipinas, para una vez reparados los barcos, volver a intentar el Tornaviaje.
Tras múltiples intentos fallidos de encontrar la manera de cruzar los 15.000 Kms que separan Manila de Acapulco, con enormes pérdidas tanto económicas como humanas, finalmente en 1565 Andrés de Urdaneta hallará la ruta de vuelta, que será secreta durante mucho tiempo para evitar la competencia comercial de otros reinos y por supuesto a los temibles piratas.
El Galeón de Manila
Desde ese primer viaje en 1565 hasta 1815 cuando por decreto de Fernando VII termina la ruta transcurren 250 años en los que el Galeón de Manila conectará Filipinas con Acapulco.
Tras la fundación de Manila en 1571, la ciudad se convertirá en el eslabón que unirá la China con Occidente. Es a partir de 1573 cuando se establece, de hecho, una línea marítima comercial anual entre Acapulco y Manila.
China necesita plata de buena calidad para mantener su sistema monetario y su economía.
Al mismo tiempo los españoles, gracias a las ricas minas de plata de Zacatecas y Potosí y el sistema de amalgama con el mercurio que llega desde Almadén de la Plata (provincia de Sevilla) a través del puerto de Sevilla, tienen una enorme cantidad de plata de excelente calidad. Según un dicho de la época, el Galeón de Manila en su viaje de regreso desde Acapulco hasta Manila transportaba “frailes y plata”.
El “ Real de a ocho” la moneda acuñada tanto en España como en las zecas del Nuevo Mundo se convierte en la primera divisa internacional con la que se puede pagar en cualquier mercado del mundo.
En Manila se establece una floreciente comunidad de comerciantes chinos, llamados “sangleys” que ocupan el barrio de Parián, probablemente el primer “Chinatown” de la historia y a través de los cuales llegan a Manila sedas y porcelanas de la China, especias de Ceilán, algodón de la India, muebles lacados y biombos del Japón, jengibre de Corea etc.
El interior del Galeón de Manila se dividía en unos 4.000 espacios o boletas que se repartían entre los distintos cargos políticos, la Iglesia y los comerciantes. Eran los propios chinos los encargados de preparar la mercancía en paquetes tan bien hechos que sacaban un enorme rendimiento al espacio, por lo que los paquetes no se abrían para su inspección. Su contenido se consignaba “bajo palabra”, lo que favorecía el contrabando…
El viaje
El Galeón de Manila partía en junio hacia Acapulco. Iba un solo buque, sin escolta. El viaje duraba unos seis meses. Normalmente iban a bordo unas 600 personas, entre pasaje y tripulación. Todas habían hecho testamente antes de embarcar, ya que sólo la mitad conseguía sobrevivir al largo trayecto.
El viaje de vuelta sin embargo solía durar unos tres meses.
Una vez que el Galeón llegaba a Acapulco se organizaba una feria que duraba un par de meses y que constituía uno de los grandes acontecimientos anuales en el Virreinato.
De Acapulco y a lomos de mulas la mercancía se transportaba por el llamado Camino de la China hasta Veracruz pasando por Ciudad de Méjico. Desde Veracruz se cargaba en la Flota de Indias camino al puerto de Sevilla.
Esta ruta que se prolongó durante 250 años supuso un extraordinario intercambio cultural y de mercancías entre los tres continentes. Plantas americanas, como maíz, tabaco, cacahuete llegan a Oriente gracias a esta ruta.
Hoy en día en nuestra ciudad el testigo más visible de esta aventura comercial es el mantón de Manila, cuyo origen está en las sedas bordadas de la China que llegaban con la Flota de Indias al puerto de Sevilla.
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