Las marismas del Guadalquivir con sus arrozales en la provincia de Sevilla han sido para muchos un paisaje desconocido hasta el estreno de la película “La Isla Mínima” del director Alberto Rodriguez en el año 2014.
Es un paisaje fascinante, cambiante durante el año y siempre sorprendente.
El cultivo de arroz es una actividad bastante reciente, iniciándose al principio del siglo XX.
Primero tenemos que entender cómo se formaron las marismas del Guadalquivir ya que a lo largo de los siglos ha habido grandes transformaciones.
El origen de las marismas del Guadalquivir
Por donde hoy recorre el río Guadalquivir se encontraba originalmente una ensenada marítima, que los romanos llamaron Lacus Ligustinos, llegando casi a Sevilla y desembocando en el Océano Atlántico.
Con el tiempo va creciendo una barrera litoral arenosa, cerrando este golfo y convirtiéndola en una albufera. Ésta se va rellenando sucesivamente con aportes fluviales y marinos y otras interferencias climatológicas. El antiguo lago salado se convierte poco a poco en un lago de agua dulce.
Con el paso del tiempo se encauza el río con sus meandros y se crean las marismas con sus islas en los interiores.
Las dificultades en la navegación por la aparición de barcos de mayor calado provocan la progresiva corta de los meandros.
La primera corta fue en 1794 y desde entonces el recorrido del río se ha reducido de los 120 km en el pasado a los 80 km de hoy en día.
Durante siglos las marismas fueron un terreno apenas aprovechado por el ser humano por su dificultad para el cultivo, el carácter inundable de la tierra, la salinidad del suelo y enfermedades endémicas como el paludismo. Una de las pocas actividades era el pastoreo del ganado.
Los comienzos del cultivo del arroz
No es hasta 1927 cuando la Sociedad británica-suiza “Las Islas del Guadalquivir” comienzan con el proyecto de desecación para el cultivo del arroz y algodón. Empieza un despliegue de medios nunca vistos: se construyen carreteras, vías de ferrocarril, líneas de teléfono, tendidos eléctricos y pequeñas poblaciones como Alfonso XIII con viviendas para los trabajadores, pero el proyecto fracasó y la empresa abandona las marismas. Después hubo varios intentos más por parte de otros inversores pero sin éxito ninguno.
El proyecto de Rafael Beca
No es realmente hasta 1937 que se vuelve a iniciar el proyecto para el cultivo del arroz en las marismas del Guadalquivir. La zona arrocera por excelencia era la zona de Valencia pero se encontraba en este momento de la Guerra Civil en manos de los republicanos y es entonces cuando el General Queipo de Llano quiere retomar el cultivo de arroz en esta zona para abastecer las tropas y la población con este alimento esencial.
El General encarga el proyecto faraónico al industrial sevillano Rafael Beca Mateos y esta vez sí se van logrando buenos resultados.
Tenemos que imaginar que la transformación del terreno fue un esfuerzo titánico. No había apenas maquinaria: los canales de riego se excavaban con palas, las labores de arar y fanguear el terreno con la ayuda de los caballos y los trabajos de siembra, abonado, siega y manejo del arroz una vez trillado eran realizados a mano.
En los años 50 y 60 se produce un gran auge con la llegada de agricultores valencianos. Se estima que llegaron aproximadamente un millar a la Isla Mayor, la población central de las marismas.
Las marismas del Guadalquivir hoy
Hoy en día el cultivo del arroz sigue siendo de gran importancia. En la provincia de Sevilla se cultivan unas 35.000 ha, produciendo unas 310.000 toneladas, lo que significa el 40% de la producción total de arroz en España.
A esta actividad hay que añadir la pesca del cangrejo rojo, que proporciona para una gran parte de la población de la Isla Mayor una actividad económica importante y una salvación después de la mecanización del trabajo en el campo.
El cangrejo rojo americano (Procambarus clarkii) fue introducido en los años 70. Una especie invasora que ha desplazado al cangrejo de río ibérico, pero parece que el ecosistema se ha auto-regulado y ahora el animal forma parte de las redes tróficas de los ecosistemas marismeños siendo un importante recurso alimentario para la nutria, el morito, las cigüeñas y la garcilla cangrejera entre otros.
El paraíso para la avifauna
Aparte de la importancia económica del cultivo de arroz para la zona, con el tiempo se ha convertido en un hábitat esencial de la avifauna. Se estiman unos 150 especies que utilizan la zona como lugar de paso y unos 125 como hábitat de cría. Es el paraíso para ellos y para los amantes de la ornitología y fotografía. Se pueden observar entre otros cigüeñas negras, garzas, flamencos, moritos etc. Existen diferentes puntos para la observación cómo El Brazo del Este o La Dehesa de Abajo, entre otros.
Si uno no es un gran experto en aves y quiere saber más puede visitar “La Cañada de los Pájaros” en el término de La Puebla del Río. Un proyecto privado que surgió de la mano de dos biólogos que transformaron una antigua gravera convertida en basurero en un humedal protegido.
Colina-un lugar donde degustar un buen plato de arroz
Y para terminar, un lugar diferente para un almuerzo puede ser el Poblado de Colina, también en el término de La Puebla del Río que surgió en los años 20 del siglo pasado para albergar a los trabajadores de la Compañía Islas del Guadalquivir. Hoy en día sus restaurantes se han hecho famoso por sus arrozes con pato o cangrejo, entre otros.
Si quiere conocer mejor Sevilla y sus alrededores, contacte con Citytour Sevilla.
Nuestro compañero, amigo y gran fotógrafo Guillermo Rutten nos ha cedido algunas de sus fotos espectaculares.
Excelente artículo, muy didáctico y ameno y las fotos espectaculares, sobre todo la de las cigüeñas, parece que están en formación.
Que de cosas interesantes y lo mejor ir a pasear por esos espacios abiertos a muy pocos kilómetros de Sevilla y sin posibilidad de contagiar ni ser contagiados.
Súper interesante, gracias por publicar. Tengo una pregunta, deformación profesional, qué hizo que el último intento hiciera que funcionará el proyecto del arroz en comparación con los anteriores intentos. Por si te apetece responder. Gracias
Hola David, gracias por tu comentario. Seguramente hay varias razones. Una puede ser que en las primeras empresas hubo por lo visto mucho interés de especulación y no siempre se invertía el dinero correctamente. Otra razón puede ser que Rafael Beca era un empresario de la zona, con mucha experiencia y conocía perfectamente el terreno. Y finalmente el proyecto de Beca fue apoyado por las instituciones gubernamentales. Espero haber contestado a tu pregunta.
Muy interesante , gracias por la información
Gran artículo!!! las marismas de Sevilla son espectaculares. La mayor producción mundial x Ha de arroz se produce allí.
Enhorabuena x la información.
Muy buen artículo, gracias
Información interesante, espectacular escenario.
Muy interesante y ameno, no sabía de la existencia de arrozales en Sevilla. Habrá que ir a probar el arroz con cangrejo «invasor».
Gracias por tu excelente articulo.
Me ha parecido un artículo interesante con unas fotos buenísimas.
Muchísimas gracias Valentina. Nos alegramos que lo haya disfrutado
Muchas gracias Daniel. El arroz con cangrejo está exquisito!!!
Muchas gracias!